Tengo la sospecha de ser un invisible
como los Caballi, esos cuerpos astrales
de hombres que han tenido una muerte prematura.
Los espejos en que me afeito se desuellan
y el cine de mi tristeza se quedó en Harold Lloyd.
Lo real no es la religión de esos juegos cándidos,
cáusticos que yo me construyo. ¿Y el amor?...
El amor es una partitura de hojarascas,
fraguas apagadas y cigarrillos rancios:
no es real para la gente como yo
y lo sustituimos - cruelmente - por la ternura
o por la yesca de la inteligencia.
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* "Creen que cumplen acciones temporales cuando no tienen
cuerpo físico sino que actuan en pensamiento" Paracelso.
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