21 mayo 2014

Brenda López Soler






Beberé verdades como labios.
En este territorio sin tí y tan mío.

Al ritmo de la luz cuando avanza a ras del suelo.
Y todo toma la apariencia de un bosque imaginario.

He sabido vivir al borde de la herida.
Y reirme como si el vino me bajara por la espalda.

De ninguna otra forma hubiera podido recorrerme de árboles.
Ni recorrerte.

A veces, para vivir de asombro, es necesaria la inocencia.

No hay comentarios: