Beberé verdades como labios.En este territorio sin tí y tan mío.
Al ritmo de la luz cuando avanza a ras del suelo.
Y todo toma la apariencia de un bosque imaginario.
He sabido vivir al borde de la herida.
Y reirme como si el vino me bajara por la espalda.
De ninguna otra forma hubiera podido recorrerme de árboles.
Ni recorrerte.
A veces, para vivir de asombro, es necesaria la inocencia.

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