23 mayo 2014

Consu Jimenez






A noche castigué a mis versos de cara a la pared,,encerrados en el altillo del desván,
mi intención erá fugarne sin más.

Pero cuál sorpresa
la mía,al despertar y contemplar que erán
ellos quienes me tenían presa negandome el perdón.

Me ví de nuevo encadenada a su pregón ,
y seguí pensando versos
y continué mareando palabras

y mi mente volvió a
pintar letras emborronando un trozo de papel.

Mi desnudo seguía
vivo,mi alma sentía frío pero no encontraba más abrigo que unos versos soplados al
viento que corrían hacía tí.


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