15 junio 2014

Blanca Vicario

EROS

Cuando me desnudas,
evaporas todas mis dudas;
las que son,
las que se van
y las que no quedan.

Me desvistes de lo negativo
y floto en ese punto
que eriza mi pelo.

Tus palabras - Diamantes puros -
dejan en mis poros,
semillas de cristal pulido donde me miro.

Tú, que te abandonas
a todas mis incógnitas
y conviertes las mentiras
en tela virgen,
invariable entre mis muslos.

Tú, que me das tanto
y me quitas todo,
y sigo sujeta a tu ironía alegre,
que combatimos en duelo
muriendo en el ruedo del pensamiento.

Tú, y tus dedos avanzando por mi piel
traen a mí, todas las historias que desconozco.

Tú, me dibujas,
me defines,
me escribes,
me liberas,
me impulsas.

Cuando estás aquí,
tú, me elevas.
© Blanca VicarioFoto: EROS

Cuando me desnudas,
evaporas todas mis dudas;
las que son,
las que se van
y las que no quedan.

Me desvistes de lo negativo
y floto en ese punto
que eriza mi pelo.

Tus palabras - Diamantes puros -
dejan en mis poros,
semillas de cristal pulido donde me miro.

Tú, que te abandonas
a todas mis incógnitas
y conviertes las mentiras
en tela virgen,
invariable entre mis muslos.

Tú, que me das tanto 
y me quitas todo,
y sigo sujeta a tu ironía alegre,
que combatimos en duelo
muriendo en el ruedo del pensamiento.

Tú, y tus dedos avanzando por mi piel
traen a mí, todas las historias que desconozco.

Tú, me dibujas,
me defines,
me escribes,
me liberas,
me impulsas.

Cuando estás aquí,
tú, me elevas.

© Blanca Vicario

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