27 junio 2014

Isabel Rezmo







déjame decirte te quiero,
en la comisura de un arrecife,
las mañanas dormidas ,
en los columpios de las sonrisas,
en los atardeceres,
en las noches,
las madrugadas,
los encuentros,
la fantasia,
la caja de música sonando en la despensa,
la niña de los ojos de incertidumbre,
posando la mariposa en el bolsillo
de una moneda en el canto.
Déjame decirte te quiero,
en la brisa de tu pelo en la cintura,
en nuestro cuerpo arreciando los estigmas,
arreciando los influjos,
mostrando la caligrafía que no para de encorsetar
las intenciones de una sonata,
de una palabreria insensata que solo busca una y otra vez.
Déjame decir te quiero y seremos dos mas dos
en el producto final de un señuelo.
.

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