27 junio 2014

Noemí Trujillo

 


Una semana de ocho días
quise llegar todas las noches a tu alcoba,
apagué el ordenador,
desconecté el móvil,
me comí todas las “íes” 

de la tecnología
y nos fuimos en coche hasta Rapallo
escuchando a los Beatles.
Tú hiciste de mis dedos
flautas mágicas
mientras cantabas eso
de: hold me, love me,
y yo quise abrazarte
y amarte,
todo volvió a su sitio
y los árboles se llenaron
de dioses
y ramas verdes
y me llevé conmigo
( ya para siempre)
la luz suave de la tarde
y bauticé todas las canciones
con tu nombre.
El tiempo entero se llenó
de vida y lluvia,
porque la música canta
y yo ya me he quitado
el rosario de tristezas
que llevaba encima
como faja de cilicio
y soy feliz en tu mirada.
He vuelto a ser yo
en esta semana de ocho días,
te amaré a todas horas
y no habrá más roces
ocultos
que se deslicen dentro
del arca oscura.

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