
¿Te he dicho, mi amor,
que tú no eres de este mundo?
Es en el otro,
donde la puerta no tiene puerta
y la luz se traslada
y traspasa los cuerpos,
donde te fui a buscar
sin saber siquiera que existías,
sólo porque dejé
que todas las cosas fueran una
y yo en ellas.
Del libro: Cómo aprender a volar
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