
Dormida quedé entre tus brazos.
Despertando de un nuevo sueño
recordé en mi pecho
el latir de tu corazón.
Ahora duele el alma
por esa ausencia de besos.
Caricias que se perdieron
entre sábanas de algodón.
Vuelan mis recuerdos
en serpentinas de colores,
alcanzando los sueños
donde tengo el corazón,
prisionero de tu amor.
Llora la Luna de pena
de ver que lo nuestro ya terminó.
Nos olvidamos de promesas
hechas en el nido del amor.
La puerta se cerró
pero la llave no se echó.
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