31 julio 2014
Mar Blanco
Desenraizada
como niña clandestina,
como de otra parte
de otra tierra, de otro reino.
De un lugar impreciso.
Soy de sol,
de hierba recién cortada
y de la humanidad
-con todos sus colores –
Arriesgo el corazón
-sin amarras-.
Ensayista eterna del primer amor
conservo las estrellas y las flores
las olas de ternura…
y cuando estoy a punto
de perder el equilibrio,
Sonrío.
Y vuelvo a ubicarme
-en el límite-
entre el agua y el aire
-expandida en vertical,
flotante-
Bolsillos sin piedras.
Emociones
con sorpresas –juntas-
Bajo mi propia mirada,
canto a la vida.
No temo a la soledad.
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