GUILIN, AÑO DEL CABALLO
I.
Aunque ya sólo queden palabras
aún hay música en mí
aquella música de la lluvia
que me envolviera entre niebla y agua
la vieja herencia que en el Oriente
se deslizó por mis palmas
cuando intenté rescatarme una noche
cuando perdida
traté de hallarme y fluyeron notas de la maleza
sonido a selva
vestigios míos.
Aún queda música
envuelta
lista a fluirme cuando la llame desde el Oriente Lejano
lista a fluirme cuando retorne a su nacimiento
cuando la roce con lo que vive de sus inicios
cuando la pueda sacar del polvo
para mirar en su fondo líquido aquel reflejo de cercanía
aquel instante que en otra tierra se convirtiera en identidad.
Aunque mis manos ya no la toquen
aunque mis labios ya no la canten
será caricia
pozo
poema
húmeda huella bajo mis párpados
agua vertida sobre los montes
música oculta tras los confines deshilvanados de la que fui.
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