04 agosto 2014

Eva García Madueño




Apareciste de nuevo


Apareciste de nuevo bajo mi ventana,
y mis sentidos volvieron a despertar.
La fina capa de indiferencia con la que
me resguardaba se deshizo en un segundo.

Deshilachada y hecha girones, se desprendió
de mi corazón aún lleno de cicatrices
haciéndolo sangrar, una vez más.


Ahora, el recuerdo de aquel beso
que nos devolvió la vida, mantiene
viva la herida.

Es una herida que escuece,
pero no quema.

Ya no produce ese fuego interior que
me asfixiaba.

Ahora, permanece clavada en el pecho
como un diminuto alfiler, recordándome,
a cada momento, que aún sigue ahí,
pero permitiéndome respirar.

Permitiéndome sentir la alegría
estar viva.

Permitiéndome soñar.

Apareciste de nuevo bajo mi ventana
y, aunque el mundo desapareció por un instante,
cuando te marchaste, supe, que la vida
sigue siendo un regalo
y  nada, ni nadie,
me lo puede arrebatar..

E.G.M.

No hay comentarios: