25 septiembre 2014

Begoña Abad

LEMNISCATA



He aprendido que yo sólo existo
porque existes tú,
que antes que el yo
ya existía el nosotros
y que ambos formamos
el símbolo eterno
de una lemniscata
que nos permite distanciarnos
sin dejar de ser la misma esencia.
Elegimos un infinito
movimiento cambiante
y sin embargo
permanecemos inequívocamente
únicos e irrepetibles
con la grandeza de nuestra identidad
enlazada en el espacio
sin nudos que nos aprisionen.

.


Del libro:C
ómo aprender a volar.

No hay comentarios: