Tu nombre lo sabe el viento…
Navegas en un mar de
nombres
y verbos jamás
conjugados.
Se respira en la
tarde
un recuerdo que
alborota tu sonrisa,
que desata una
tormenta sin sentido,
que te arrastra
indefenso
hasta hacerte
encallar en la palabra.
Y te recogen manos de
ausencia,
las mismas que
quiebran el horizonte
al desdibujar mi
contorno.
Tu nombre…
mi nombre…
los sabe el viento.
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