27 septiembre 2014

MARÍA TERESA LÓPEZ



Vieja sirena que todo lo sabes,
todo lo escuchas y todo lo ves.

Todo cuanto sucede bajo el cielo,
en el mar y sobre la arena.
Eres receptáculo que entiende,
comprende y calla.


Los secretos agotan tus escamas,
se agolpan en tu cola
y se ahogan en tu mar.


Vieja sirena, reina de la mar,
tú, que todo lo sabes,
sabrás que mi amado
fue a buscarme a la orilla
y me encontró en brazos de otro.

Se volvió loco, desesperado,
se fue a la mar,
se echó a nadar,
nadó hasta el horizonte lejano,
allá donde el cielo se funde con el mar,
y en él se quedó. Si le ves, que le verás,
dile que le amo,
que siempre le he amado, que iba buscando risas,
que quise probar lo prohibido
y perdí la rutina
y lo que de verdad valía.
Dile que ahora valoro el cada día,
aprecio lo cotidiano
y le echo en falta cada minuto.
Dile que me perdone,
que necesito su generosidad.


Ahora que le he perdido
he olvidado lo que es amar.

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