A veces, no entiendo por qué se hacen las
Horas tan largas
y las
semanas tan cortas.
Sé que hay
momentos que son sorbos de
felicidad
azucarada,
otros, de
conciertos interminables con músicos
ebrios.
A veces, me
pregunto que hago en medio
de esta
plaza,
en este
pueblo desconocido.
Sé que hay
días que no soy quien los
desmenuza,
es mi
estúpido ego que los pinta de color gris.
A veces,
lloro junto al circo porque los niños ya
no vienen
con los ojos desbordantes de ilusión
y bolsas de
palomitas de maíz.
Sé que la
luna se ha separado de la miel
Y que los
novios no viajan a países y ciudades
encantadas.
A veces, no
amamos la palabra,
ni los
gestos,
ni la
mirada.
Los
retratos se quedan vacíos por el
aburrimiento
que produce
nuestra historia.
Sé que el
calor de las armas produce grietas
en nuestro
espacio interior.
A veces,
necesito subir al palo mayor de mi
Indiferencia
Y gritar:
¡Tierra!
Sé que
estamos hechos de carne y hueso y
eso me
gusta.
Del libro: Huellas de Agua.


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