01 noviembre 2014

José Antonio Zambrano





Horas desnudas  
El que dice las cosas de otro modo,
el que mira extraño el capricho de la nieve
y hunde sus manos en las grietas del agua
es el tiempo,
que alberga en las noches de deserción
sus horas colgadas
como espigas a secar.
Esas horas que nunca son de nadie,
que pertenecen al olor del mundo,
todas impúdicas y ciegas ofreciendo
lo amargo de su burla:
contener en lo posible
la cita que se aferra en confundir
el único poema al que aspiro.

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