19 noviembre 2014

Juana Ríos, ( Africa Eufrates )







Hay un espejo rectangular posado
en el gris azulado de la pared.
Todas las mañanas navegan dos almas
por sus aguas de mercurio.

Cruzan el corredor hacia la calle
levantando ondas en sus reflejos,
un estremecimiento invisible
que se pierde en sus ángulos.

Una mirada,
un gesto arreglando la corbata,
dos sonrisas que se contagian,
dos cuerpos,
un beso en el pelo.

Coleccionista de instantes
guarda celoso, en silencio,
solitario y profundo,
las imágenes que roba
con la avaricia
de un océano.


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