J. S. del Viejo.
OASIS
Siempre que en el camino
necesite un descanso,
iré hasta tu refugio
para tomar inercias,
para beber el néctar
que me des con tus manos
y recargar mi cuerpo
con energías azules.
Tomaré, de tus ojos,
la luz que ha de alumbrarme
y me haga tener claros
los rumbos que persigo.
Después, cuando reanude
mi deambular de siempre,
te llevaré a mi lado
de forma imperceptible,
serás quien me preserve
de espinos y guijarros
y pongas en mi boca
el agua de las fuentes.
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