12 enero 2015

J. S. del Viejo.






OASIS

Siempre que en el camino
necesite un descanso,
iré hasta tu refugio
para tomar inercias,
para beber el néctar
que me des con tus manos
y recargar mi cuerpo
con energías azules.

Tomaré, de tus ojos,
la luz que ha de alumbrarme
y me haga tener claros
los rumbos que persigo.
Después, cuando reanude
mi deambular de siempre,
te llevaré a mi lado
de forma imperceptible,
serás quien me preserve
de espinos y guijarros
y pongas en mi boca
el agua de las fuentes.

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