VEINTE LUNAS INERTES
Por encima de
La aurora reposada, Algo está cambiando En el paisaje de mi vida. No sé con certeza...
El tiempo transcurrido en
Ese ángulo sombrío De la soledad.
Podría decirse que fueron
Veinte lunas inertes, o Quizá fueran más.
A veces, a la hora del crepúsculo,
En esa estación del silencio, como ausente, Uno no encuentra atajos suficientes y
La ceguera sonámbula, Apenas deja ver más allá de
La pared ecléctica y extraña
Pintada de pozos negros y sembrada
De membrillos agridulces y taciturnos.
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