11 febrero 2015

Juana Ríos









En el país del agua
la tristeza se ha refugiado en los árboles.
En el velamen ocre de las goletas
se esconde el viento.
Naves de sueños cruzan un océano amarillo,
dejan cicatrices ondulantes
en el ámbar tibio.
Lenta y perezosa se despide la tarde,
extiende sus dedos alargados de hogueras
arañando el leve azul.
Y dulce se extiende en el espacio
la canción extraña e inquietante
de errantes sirenas apátridas.






(Juana Ríos, la canción del mar)

No hay comentarios: