28 marzo 2015

Jordi Matamoros Sánchez




Abren la puerta de golpe,
el encierro me enloquece.
Corro como un poseso
creyendo que es libertad.
Tiemblo cuando los veo,
miles de ojos mirar.
Sufro la humillación. Vienen con sus caballos,
me lancean sin compasión.
El suelo se empapa en sangre,
sufro por mi dolor.
Ellos, mis asesinos,
gritan por diversión
Caigo herido de muerte.
Veo, mientras me muero,
como alzan al “gran torero”. 

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