29 marzo 2015

Mario Benedetti,




Chau número tres



Te dejo con tu vida


tu trabajo


tu gente


con tus puestas de sol


y tus amaneceres.


Sembrando tu confianza


te dejo junto al mundo


derrotando imposibles


segura sin seguro.


Te dejo frente al mar


descifrándote sola


sin mi pregunta a ciegas


sin mi respuesta rota.


Te dejo sin mis dudas


pobres y malheridas


sin mis inmadureces


sin mi veteranía.


Pero tampoco creas


a pie juntillas todo


no creas nunca creas


este falso abandono.


Estaré donde menos


lo esperes


por ejemplo


en un árbol añoso


de oscuros cabeceos.


Estaré en un lejano


horizonte sin horas


en la huella del tacto


en tu sombra y mi sombra.


Estaré repartido


en cuatro o cinco pibes


de esos que vos mirás


y enseguida te siguen.


Y ojalá pueda estar


de tu sueño en la red


esperando tus ojos


y mirándote.

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