Natalia Guerra.
Me
devoran las lágrimas en las peores pesadillas, donde las verdades se
convierten en mentiras, donde lo atemporal juega una mala partida. Como
un árbol sin sombra que colecciona esqueletos de pájaros, libertades
prohibidas. Secretos que sobreviven a las llamas de un fuego ya
calcinado. La rabia que está dudando entre un presente austero y un
pasado amargo, no se en qué momento no encontré las huellas de aquel
zapato. Después de todo la luna seguirá brillando...después de todo el
mundo sigue girando.
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