El invento
En medio de la noche,
de repente,
el inventor se despertó
con una idea,
tan brillante
que temió
que algún capitalista
se apropiara de ella
y la usara
para explotar a los obreros.
Tanto miedo tuvo
que, desesperado,
se tapó la cara con la almohada
e hizo fuerza, mucha fuerza,
para olvidársela.
Como era habitual,
su mujer se despertó
y al ver que su marido gemía
nuevamente
debajo de la almohada,
se levantó en busca de una pastilla para dormir.
Al rato, el inventor
logró dormirse
y olvidarse del invento.
A los obreros
los siguieron explotando.
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