02 julio 2015

Ricardo Fernández Moyano









016
Apenas has cruzado el umbral,
descubres en el paladar
el sabor metálico del desprecio,
algunos pasos más
y unos ojos te atraviesan
anulando toda respuesta.
El amor compartido por años
no puede ahora aliviar
la amenaza que acecha.
Te acurrucas en un rincón
a la espera que nada sea verdad
y vuelvan al abrazo

las manos que te golpean.

No hay comentarios: