25 agosto 2015

Isabel Miguel




LA CITA


Es frecuente que anuncie
su llegada con tiempo
y que, como una novia,
demore su presencia.

Es frecuente, ya digo,
que se abunde en detalles
que muestren uno a uno
su cercana venida.

Como novia presume
para que la contemplen
y mostrar, paso a paso,
su poder y miseria.

Encadena los signos
en su marcha imparable,
inexorable y lenta.

Avanza.
Ven.
Avanza.

Si ha de llegar la cita,
no prolongues el daño
ni lo destruyas todo.

Avanza.
Ven.
Te espera.


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