07 septiembre 2015

Lluïsa P. Lladó






Mi corazón es un ave
que tiene la jaula en tu cuerpo,
entre los pedazos
voy barriendo las palabras
y sola me quedo en esta azotea.

Cada vez
que vuelvo a ser césped
te trasformas en zona ajardinada
y la calas salvajes
campean por mis circunferencias.

Derrotada acudo
al canto del poetiso Ulises
y recojo mendrugo a mendrugo
tus formas marmóreas
y ya no hay más sombra ni serenas
que la del nudo de nuestros sexos
y limo los dedos, los nudillos, las nueces
y me emborracho con tus ojos de paloma
y sigo bebiendo de esta atrocidad
de volver a barrer las palabras
junto tus miembros de piedra.
La ilusa con el corazón derribado
que te empuja al vacío
y luego con pegamento te recompone.

Guardar en la mochila
la rotura "femular" de un pacto
y
convertirme
en un triste
caracol
que anuncia el otoño.

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