10 septiembre 2015

Miguel Hernández








Por tu pie, la blancura más bailable
    Por tu pie, la blancura más bailable,
    Donde cesa en diez partes tu hermosura,
    Una paloma sube a tu cintura,
    Baja a la tierra un nardo interminable.

    Con tu pie vas poniendo lo admirable
    Del nácar en ridícula estrechura,
    Y adonde va tu pie va la blancura,
    Perro sembrado de jazmín calzable.

    A tu pie, tan espuma como playa,
    Arena y mar, me arrimo y desarrimo
    Y al redil de su planta entrar procuro.

    Entro y dejo que el alma se me vaya
    Por la voz amorosa del racimo:
    Pisa mi corazón que ya es maduro. 

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