22 octubre 2015

Juan Justo López









Para ganarle mi alma al tiempo 
contemplo ya la horas de tantas soledades 
de los compases del pulso de tus latidos. 
Como la lluvia que viaja por los ríos 
me susurro en el circulo de este dormido silencio
y con nostalgia cuento la métrica de los atardeceres. 
Me pregunto por las imagines de aquellas visiones, 
por su sorpresa en la ciudad de las luces,
por sus epístolas llegando desde oriente. 
Entre cada madrugada siempre deshojo estas mañanas 
en un lugar donde perdido yace mi vida en un espejo 
donde sin querer me rompo lentamente 
en mil pedazos, en mil lágrimas, poquito a poco.
Se que nada será igual, pues nada es parecido
que mirarte es leer un lenguaje que solo es nuestro. 
Me refugio en tus ojos cuando oigo llover
comulgo en el melodioso lugar que siempre visitaste 
y donde cada noche lloraba, amargamente.
Me sale este dolor de no se donde,
me viene esta pasión de alguna parte
En la premura de una vida entre las rocas 
en sus carreras buscando el calor del algún desvelo 
recito un verso somnoliento, dulce, tenaz. 
Para encontrarme donde siempre quise
en un lugar donde ganarle mi ama al tiempo.




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