Y NO ERA MENTIRA.
No quería tu carne
no tu boca
ni tu fluir
tan sólo cobijo para la lluvia
Y no me creyó
la mujer ciega
ni las piedras
ni los ríos.
Ni siquiera tú.
Y no me creyó
la mujer ciega
ni las piedras
ni los ríos.
Ni siquiera tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario