10 enero 2016

Emiliano Sanchez








Las palabras mueren,
se esfuman y desaparecen
si no se materializan,
si no se vuelven
canciones, caricias,
versos o sonrisas.
Si no enseñan o emocionan,
si no generan un cambio,
si no erizan o movilizan
de alguna u otra manera.
Las palabras no son nada
sin un alma noble
que las respalde
y un corazón dispuesto
que las sienta,
las reciba y las haga suyas.

No hay comentarios: