06 marzo 2016

María Luisa Domínguez Borrallo ©










ANIDANDO



Las orillas que separan nuestros
mares nunca han estado tan cerca
ni tan lejos como ahora.
El tiempo y el espacio son amantes
que dejan descendencia.
¡Qué iluso! Creíste marcharte,
sin saber que anidarías
para siempre en esta casa.





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