26 marzo 2016
Miguel Angel Pérez Cordero
TU NOMBRE
Desde que el puntero láser de mi atención
te señaló,
cada vez que quiero llamar
a una mujer por su nombre
siempre se me escapa
y acabo llamándolas por el tuyo
y eso que todavía no sé cómo te llamas.
Es pensarte y nublarme
haciéndome olvidar algo tan dentro de mí
como el orden de las vocales.
Te imagino reflotando mis barcos de piedra
donde guardo mis esperanzas.
Estoy deseando embalsamar
la primera palabra que me digas
y conservarla para siempre.
Te recuerdo ahí de pie
y tengo ganas de pintarte en graffitis
para que todos por la calle te admiren
aunque no sepa ni coger un espray.
Quiero pensarnos dos ojalás:
que lleguemos a ser
esas servilletas para el otro
que calzarán las mesas cojas
que cada uno tenemos
en nuestras formas de ser
y que tú también seas como yo
un único par suelto de zapatos
olvidado por incompleto
en la zapatería de este mundo.
Mañana iré a comprobar
si somos del mismo número.
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