18 marzo 2016

Pedro Jesús Cortés Zafra




Hay días que amanece a media asta, y es que el mar está gris pues le pesan los muertos.
Graciela Zárate Carrió




LLANTO POR EUROPA.



A las tierras, de mi Europa,
llegan familias a cientos;
vienen cruzando unas aguas
que están regadas con muertos.
Van huyendo de las guerras
que en sus casas han impuesto
los mismos que hoy les niegan
el asilo y el sustento.
Pero los “civilizados”
nada quieren saber de esto.
Hasta los cielos ya lloran
al ver tanto desconcierto
con corazones tan duros
en los más grandes gobiernos.
Ya se han vestido de luto
las aguas que los trajeron.
El mar amanece gris,
se ve que no está contento;
mi amiga Graciela dice
que es que le pesan los muertos.
No le faltará razón
al afirmar lo que es cierto.
Europa con tantas guerras
que la fueron componiendo,
tiene alzheimer, no recuerda
que el asilo es un derecho.
Con lástima del de fuera,
lloro yo por los de dentro
que abrazaron la discordia
fascista de aquellos tiempos
que se empeñan en volver
despreciando al extranjero,
oprimiendo a los de abajo,
sembrando guerras y muertos.
Siendo destrucción masiva
de humanidad y de sueños,
dando tan solo valor
al vil-canalla dinero.
¿Hasta cuándo callaremos
lo que venir se está viendo?
¿Dónde andan esos cristianos,
que tanto rezan al cielo,
que no se oyen sus palabras
haciendo juntos un eco
de paz y de humanidad
reivindicando derechos?
¿Se acabaron las conciencias?
¿por dónde los seres buenos?
¿Acaso esta sociedad
es tan solo un cementerio
donde toda caridad
yace en nichos de cemento?
¿Ni un mínimo de vergüenza
nos estremece por dentro
cuando de ancianos y niños
son las listas de los muertos?





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