21 junio 2016

Ana Deacracia





Son príncipes, mis flores,
sin riquezas ni ritmos incoherentes,
sin coronas ni espacios
más que un tiesto.

Son princesas mis príncipes liláceos,
en el rosa se confunden sus pétalos,
viviendo en la vasija de sus órbitas,
sin más palacio que ese.

Me llenan las pupilas,
me seducen mis venas con sus riegos,
no soy yo quien les cuida,
ellos son quienes me donan
la vida que me prestan.





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