Teresa Martín
En ese corto espacio de tiempo
que va del suspiro al aire,
vives tú.
Tan liviano.
Tan pequeño.
Tan desapercibido.
Tan invisible.
Tan mudo...
Pero tan necesario y vital,
como el mismo acto de suspirar.
En ese corto espacio de tiempo,
vives tú.
Tan aposentado y seguro.
Tan convencido.
Tan dispuesto.
Tan oxígeno puro,
preparado para salir al aire...
Y respirarte...
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