04 septiembre 2016

Teresa Martín






En ese corto espacio de tiempo
que va del suspiro al aire,
vives tú.
Tan liviano.
Tan pequeño.
Tan desapercibido.
Tan invisible.
Tan mudo...
Pero tan necesario y vital,
como el mismo acto de suspirar.

En ese corto espacio de tiempo,
vives tú.
Tan aposentado y seguro.
Tan convencido.
Tan dispuesto.
Tan oxígeno puro,
preparado para salir al aire...
Y respirarte...




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