Para qué la poesía
Para salir a la percepción de la mirada
“Está
presente en la obra poética eso llamado por Heidegger “la
temporalidad”. Es el tiempo de la existencia el único paraíso conocible
hecho con el drama de su naturaleza diádica, del bien y el mal, lo bello
y lo feo, el goce y el dolor, lo justo y lo injusto, la libertad y la
miseria, en fin. Constituye la substancia de la temporalidad la
vivencia. Pero ¿qué entendemos por vivencia? Creó este vocablo José
Ortega y Gasset para verter al castellano el término alemán Erlebnis.
Compleja palabra cuya traducción literal sería ese extraordinario logos
llamado “aventura”. Mas a su vez Erlebnis viene de leben, vivir, y de
Leben, vida. Relacionase entonces vivencia con la aventura de vivir;
valga decir, entender la existencia cual una andanza, un peregrinaje por
este magnífico y mistérico regalo de la oportunidad de estar sobre la
tierra, esta errancia donde el hombre se halla con eso mentado asombro,
esos espacios del tiempo cuando se topa el humano con la excelsa
sorpresa, la maravilla conmocionadora del espíritu y lo marca, deja esa
huella perenne llamada memoria. Define, pues, la vivencia vida vivida y
permanece cual ventana en el recuerdo, diferente de la experiencia
objetiva más bien sujeta ésta a la cotidianidad y a la rutina. Son en
realidad las vivencias las verdaderas hebras estructurantes del espíritu
en cuanto éste tiene de tiempo, de “advenir sido” (Heidegger). Las
asume el hombre como su fortaleza, su armadura de existir. Hilvanan
ellas la historia interior de cada vida, el resto en el olvido se
pierde. Necesariamente entonces el receptáculo de las vivencias la
elocución; en el caso del trovador éste al través de la kalós, la
belleza, la dignifica para verterlas transformadas en poseía.” (Lubio
Cardozo).
“La
poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la
composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa
(si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la
engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones,
a su entidad; no obstante a todos ellos los subyuga para salir a la
percepción de la mirada y del oído, a accionar la inteligencia
(interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la
inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se
hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida,
sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y
sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo).
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