Un poema propio sobre una imagen ajena: “Los 400 golpes” de Truffaut (1959). Cuando quien te persigue es la vida.
CÓMO IBA YO A SABER
que la vida se va con cualquiera,
que nos deja solos en el peor momento,
con los peores vientos,
en las fauces de los perros.
Cómo iba yo a saber
que demasiado a menudo la vida elige, para el corte,
la zona cercana al cuello;
que después de irse
regresa, como el borracho, sobre sus propios pasos.
Cómo, de inicio, vamos a saber
que la vida va en serio
y no es teatro ni baile
(como tarde sabría Jaime).
Cómo iba yo a saber
que ni arriba ni abajo hay nadie.
que demasiado a menudo la vida elige, para el corte,
la zona cercana al cuello;
que después de irse
regresa, como el borracho, sobre sus propios pasos.
Cómo, de inicio, vamos a saber
que la vida va en serio
y no es teatro ni baile
(como tarde sabría Jaime).
Cómo iba yo a saber
que ni arriba ni abajo hay nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario