Maldita vejez
A ti que te veo
arrastrando los pies
con dos bolsitas de compra
no muy pesadas
pero no puedes con tu cuerpo
mucho menos cargarlas.
Bajo un sol de justicia
de un día primaveral
te miro y caen lágrimas silenciosas
que rodando por mi cara van.
Sentí deseos de ayudarte
pero solo vi como te alejabas
desde mi ventanal,
con tus pasos cortos y pausados
porque no puedes más.
No te conozco de nada
pero en mi corazón siento pesar
y ya mi mente empieza a pensar
¿estará solo o no lo estará?,
si está solo ¿cómo se apañará?
Maldita vejez que el cuerpo degrada
y maldita sea del anciano su soledad.
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