Mi piel guarda los recuerdos
como mi mirada los anhelos.
Guarda aquellas caricias tempranas
de mis padres en mis años primeros;
el roce con mi hermana;
de mi mujer, todos los besos,
los mimos a mis hijos
y los abrazos de mis amigos.
Mi piel guarda muy dentro
la música que me llegó al alma,
el susurro de la mar,
un paisaje de otoño
y la palabra amable del desconocido.
Guarda también mi piel
la mirada de enamorado
al oír el susurro de una novia amada,
la añoranza por los que se fueron,
la alegría por los que volvieron
y aquel poema hecho a verso y fuego.
Todo eso está grabado
en la memoria de mi piel.
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