EL POETA PIJO
POEMA 32
TE QUISE MIENTRAS DORMÍAS
Se oscureció la tarde,
desnudó sus colores y brillos.
Tenía la carne blanca y morena,
aquí blanca, allá morena.
Albaricoque sin luz,
rezumó algunas gotas de tiempo.
Nada había pasado
y todo había transcurrido.
Me miró así como siempre,
de nuevo no supe decirle
cómo la quería.
El reloj dio las cuarenta y cuatro,
debían ser p.m.
puesto que el meridiano
hacia mucho que se había acostado.
Al tumbarme a su lado
sentí su sangre circulando por mis canales.
Dormía sosegada
y aun conservaba aquel trampolín de nariz
en el que mecí mi amor.
Las sábanas dejaban al descubierto
sus pies distintos a los míos,
sus piernas más pequeñas
y dulces que las mías,
y en el lugar del sexo
había un corazón de braga blanca
con una flecha señalándome.
Me volví a enamorar
mientras la deseaba.
Luego despertamos.
Mandos, medicinas,
pantalones e hijos
volvieron a ocupar nuestras vidas.
Parecía que nadie
hubiera dormido a mi lado.
Solo el amor
que ronca inspiraciones.
Dejó escapar un silbido de admiración,
y a lo lejos
me escuché diciéndola:
Te quiero.
Madrid, 9 de Junio de 1995
Y ME PREGUNTO
¿Por qué esperamos a dormir para ser consciente de que amamos?
Y ME CONTESTO
Porque el amor no se piensa, se siente.
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