MUERDE, PERRO
Ya está puesta la mesa de septiembre,
en el jardín, como a ti te gusta,
bajo la parra.
Con las motas amarillas del sol
palpitando sobre el mantel de hilo.
Con las canciones que se escapan, jugando,
del salón aquel donde tú y yo bailábamos.
Está escanciado el vino oscuro
de la risa y los besos
en el cristal limpio del deseo.
Servido tu plato favorito,
la carne roja del corazón,
el mío,
en la porcelana blanca.
(Aduanas de agua, HUERGA y FIERRO EDITORES)
Foto: autor desconocido
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