Algún día,
los que no creen
en la poesía
buscaran alimento
para sus sueños,
necesitarán un sol
y el verde intenso
de la hierba
que riza la primavera.
¡Mira ese pobre caminante
con el alma afligida
y la sangre derramada
por las espinas del camino!
No te rindas poeta,
graba el instante
de un abrazo cristalino
en el corazón de los hombres,
una ilusión mayor
que el mar y el cielo.
Algún día,
los que no creen
en la poesía
necesitarán del alma
que entregó el poeta
para aliviar
sus sufrimientos.
De: Anida en mi ser
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