Sólo tengo la palabra para que te quedes.
En este sagrado territorio sin espacio.
O es que quizá, es todo el espacio mismo.
Y no tenemos ojos para verlo, o no sirven.
Porque desborda todas las viejas razones de la tierra.
En este sagrado territorio sin espacio.
O es que quizá, es todo el espacio mismo.
Y no tenemos ojos para verlo, o no sirven.
Porque desborda todas las viejas razones de la tierra.
Y ni siquiera tengo la voz ni el gesto.
Ni el cuerpo ni el sueño.
Ni nada de lo conocido,
Para mostrártelo y que me muestres.
Cómo es posible entonces que sigamos aquí.
Y que te quedes sin entrarnos.
En esta extraña concupiscencia sin límites .
Ni labios ni manos.
Ni sexo de desordenadas sábanas blancas,
Debe de haber algo ancestral y milenario.
En lo que defiendo y defiendes.
- O es esto todas las razones del silencio, y quererte -
Ni el cuerpo ni el sueño.
Ni nada de lo conocido,
Para mostrártelo y que me muestres.
Cómo es posible entonces que sigamos aquí.
Y que te quedes sin entrarnos.
En esta extraña concupiscencia sin límites .
Ni labios ni manos.
Ni sexo de desordenadas sábanas blancas,
Debe de haber algo ancestral y milenario.
En lo que defiendo y defiendes.
- O es esto todas las razones del silencio, y quererte -
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