09 enero 2019

Pablo Neruda





Si tú me olvidas


Quiero que sepas una cosa.

Tú sabes cómo es esto:

si miro la luna de cristal, la rama roja

del lento otoño en mi ventana,

si toco junto al fuego la impalpable ceniza

o el arrugado cuerpo de la leña,

todo me lleva a ti, como si todo lo que existe,

aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan

hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme

dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto me olvidas no me busques,

que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco

el viento de banderas que pasa por mi vida

y te decides a dejarme a la orilla

del corazón en que tengo raíces,

piensa que en ese día,

a esa hora levantaré los brazos

y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.

Pero si cada día,

cada hora sientes que a mí estás destinada

con dulzura implacable.

Si cada día sube

una flor a tus labios a buscarme,

ay amor mío, ay mía,

en mí todo ese fuego se repite,

en mí nada se apaga ni se olvida,

mi amor se nutre de tu amor, amada,

y mientras vivas estará en tus brazos

sin salir de los míos.






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