Eres mi vicio
más
perfecto.
El
fuego vivo
donde
resido.
El
néctar
del
que soy prisionera.
La
locura del festín
en
tu carne.
Ahí,
donde
floto ardiente
al
calor de tu savia.
Ahí,
marcando
el relieve
que
calma mi sed.
Ahí,
tú lo eres todo.
Del libro: Versos de agua.

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