Cuatro paredes que sudan,
cuatro velando la cama,
cuatro mirando los cuerpos
que
la piel asalta.
Cuatro paredes sin ausencias,
cuatro intercambiando
ropajes,
cuatro anticipándose al
alimento,
cuatro sabiendo del
hambre.
Cuatro paredes mudas,
cuatro galopando salvajes,
cuatro volando libres
sin guardar ningún equipaje.
Cuatro
paredes blancas,
cuatro,
solo cuatro paredes.
Solo
cuatro.
Del libro: Versos de agua.

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