
Hoy, corrías
estoy junto a ti erguida de colores y guirnaldas,
detrás del miedo de perderte,
entre cielos grises que nunca llueven.
Quisiera traerte esperanzas azules,
crucigramas resueltos,
niños de carnes madrugadas...
No me he ido,

deshabitada del pasado,
con pechos y manos estrenadas,
con frente limpia rozando la tuya.
Quisiera guardar tu miedo
en bolsillos de desvanes altos
y nacerte enemigo de la pena.
Abrázame tuya como antes,
cicatrizando al alba de tu cuerpo.
Ya pasó todo,
la gente despierta firme en las esquinas,
y sus casas están despojadas de amargura.
Van forjando libertad y combate
abrazados,
como tus manos y mis ojos
sobre la noche.
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