
A un niño con autismo
En la idea eres el nadie
de un mundo sin sentido conocido.
Vas y vienes deambulando por el suelo de las aulas
de los colegios, tu casa, tu ciudad.
Te comportas como un pájaro, como un perro,
como una planta, como una silla.
Hablas como un extraterrestre, muy pocos te entienden,
algunos creen saber más de tí que de sí mismos,
otros simplemente te sostienen en el aire de la indiferencia.
No sonríes por nada concreto
nadie sabe cuando lloras si fuiste lastimado,
o si acaso sientes pena,
si tu risa es producto de algún chiste,
si tienes cosquillas internas.
Vas y vienes deambulando por el cielo de la tierra,
los perros, las plantas, los pájaros, las sillas
dicen que siendo muy desgraciado
decidiste abandonarte a la suerte
de poseer un cuerpo que no te pertenece,
para entender desde el alma
la complejidad de los hombres,
hombres cuerdos, sabios, ordenados,
hombres limpios, correctos, elocuentes, congruentes,
los que dámos órdenes, deberes,
los que cambiamos de humor de vez en cuando.
Síéntate, levántate, come, bebe, juega,
duerme, saluda, sonríe, canta,
abraza, besa...
En la idea eres el nadie
de un mundo sin sentido conocido.

Vas y vienes deambulando por el suelo de las aulas
de los colegios, tu casa, tu ciudad.
Te comportas como un pájaro, como un perro,
como una planta, como una silla.
Hablas como un extraterrestre, muy pocos te entienden,
algunos creen saber más de tí que de sí mismos,
otros simplemente te sostienen en el aire de la indiferencia.
No sonríes por nada concreto
nadie sabe cuando lloras si fuiste lastimado,
o si acaso sientes pena,
si tu risa es producto de algún chiste,

si tienes cosquillas internas.
Vas y vienes deambulando por el cielo de la tierra,
los perros, las plantas, los pájaros, las sillas
dicen que siendo muy desgraciado
decidiste abandonarte a la suerte
de poseer un cuerpo que no te pertenece,
para entender desde el alma
la complejidad de los hombres,
hombres cuerdos, sabios, ordenados,
hombres limpios, correctos, elocuentes, congruentes,
los que dámos órdenes, deberes,
los que cambiamos de humor de vez en cuando.

Síéntate, levántate, come, bebe, juega,
duerme, saluda, sonríe, canta,
abraza, besa...
3 comentarios:
Julia, me haces vibrar con este poema.
Sencillamente entrañable, gracias.
Gracias a tí Javier por devolveme tu impresión.
Yo después de releer lo escrito, a veces siento como si volviera a mí en forma de reflujo, como un ácido, como un vómito, desagradable, pero está claro que todos no sentimos igual, y eso me gusta.
Besos.
Me gusta, me parece tan lúcido...tu homenaje a estos seres especiales, ángeles a medio camino, mentes privilegiadas, que viven en varias dimensiones y tratan de enseñarnos un nuevo código de comunicación, que nuestros egos limitados rara vez captan.
¡Te felicito! Un abrazo grande
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