vas dejando
rasos, colores, sombras
y domingos.

Manojos de silencios
se hacen espuma que no tocas.
Dolores de años que guardas
donde nadie sabe.
Esta noche ni siquiera te importa nada,
ni sabes esperar la esperanza misma.
Has vuelto a colgar tu póster de Pinocho
en la pared,
porque te has dado cuenta que es malo
enfadarse contigo misma.
Hoy, más que nunca, echo de menos el Mar.
1 comentario:
Desánimo y mucha tristeza en este poema. Me hiciste recordar esas noches en que nada significa nada. Un beso poeta. Magda
Publicar un comentario